El Banco Nacional de Costa Rica (BNCR) es una institución financiera autónoma del Estado, con personería jurídica e independencia administrativa. Fue creado por decreto ejecutivo n°16 del 9 de octubre de 1914, durante el gobierno de Alfredo González, el entonces presidente de La República y el fundador del BNCR. Se encuentra sujeto a la Ley en materia de gobierno, de acuerdo con los artículos 188 y 189 de la Constitución Política. Su quehacer jurídico y material como banco comercial es definido por la Ley Orgánica del Sistema Bancario Nacional N° 1644 del 26 de Setiembre de 1953.
En sus inicios, se llamó Banco Internacional de Costa Rica y fue el primer banco de carácter estatal en el país. El propósito básico de su creación fue impulsar el desarrollo socioeconómico de Costa Rica, como medida para enfrentar la crisis económica que vivía el país, a consecuencia de los conflictos bélicos mundiales; por ello nació como una respuesta a las graves consecuencias económicas y sociales suscitadas en la coyuntura de la I Guerra Mundial.
Es a partir de entonces que se comienza a escribir la historia de una de las instituciones bancarias más importantes del país.
Su creación originó el sistema de banca mixta en Costa Rica, ya que en esa época solo existían bancos privados. Por un decreto de ley, el banco cambió su nombre en 1936 a Banco Nacional de Costa Rica y desde entonces se ha consolidado como un verdadero banco de desarrollo, con una proyección trascendente en la vida económica, social y financiera del país.
En el 2016, la Junta Directiva General impulsó la creación de un modelo de sostenibilidad con los estándares más altos de calidad, y con el firme propósito de que todas las actividades del Banco se desarrollen siguiendo una guía de gestión sostenible, que fomente la competitividad de la institución, resguarde el medio ambiente y considere las necesidades de los públicos con los que se relaciona el Banco.
Desde sus orígenes, el BNCR ha tenido en su ADN los principios básicos de la sostenibilidad, como la inclusión y la accesibilidad financiera a sectores más desprotegidos de la sociedad costarricense; siendo ejemplo de ello el proyecto de las Juntas Rurales de Crédito, con el cual se procuró responder al problema del acceso al crédito del sector agrícola. Desde entonces a la fecha, el Banco Nacional suma más de 100 años de brindar servicios financieros de manera ininterrumpida y sigue destacándose por su aporte al crecimiento del país.
Actualmente posee una red de más de 170 oficinas y más de 400 cajeros automáticos ubicados en todo el país. Aproximadamente 6.000 colaboradores conforman la familia BN y sobre ellos se deposita la confianza de los casi dos millones de clientes. Esa confianza se ha ganado de generación en generación, a través de los años, gracias a una trayectoria sólida y a una gestión transparente, cuyo fin primordial es el beneficio de todos nuestros públicos de interés. Con el paso de los años, todos los costarricenses se han visto beneficiados con el accionar del Banco Nacional, de una forma u otra.
El Banco Nacional ocupa un lugar protagónico en el sector financiero en Costa Rica, acentuándose cualidades como su solidez, su contribución al desarrollo del país, la transparencia y la rentabilidad en su gestión.
Como institución financiera, líder en una amplia gama de productos y servicios, ofrece diversas líneas de créditos para vivienda, vehículo, empresarial, personal, Pymes, educación, salud, entre otros; una plataforma electrónica robusta con servicios seguros y ágiles en aplicaciones transaccionales web como Internet Banking, BN Móvil y SINPE Móvil; una amplia red de cajeros automáticos y oficinas comerciales; más de 3 000 establecimientos afiliados al sistema BN Servicios, los cuales funcionan como extensiones del BNCR en todo el país; servicios bursátiles; fondos de pensiones y de inversión, así como una correduría de seguros, a través de sus subsidiarias BN Valores, BN Vital, BN Fondos de Inversión y BN Seguros.
El Banco Nacional tiene fuertemente arraigado su papel para contribuir con el progreso del país, se trabaja para ofrecer un Banco rentable que promueva la generación de riqueza de manera sostenible. Más allá de acciones, el modelo de negocios que se impulsa en el Banco, es la declaración de un compromiso serio con el desarrollo del país, donde la labor de la institución es la mejor evidencia del propósito de transformar positivamente a la sociedad costarricense.