El envejecimiento de la población, producto del aumento de la esperanza de vida y la disminución de la tasa de natalidad, atenta contra los sistemas de reparto (como el de la Caja de Seguro Social en Panamá)…

En 1881 Otto von Bismarck, llamado el Canciller de Hierro, creó en Prusia el primer sistema estatal de reparto, un sistema de pensiones que consiste en pagar a los pensionados con aportes de los trabajadores activos. En ese entonces, la esperanza de vida promedio de un prusiano era solo 45 años y para jubilarse se exigía 65 años.

Un siglo después, cuando la esperanza de vida de un chileno era de 67 años, José Piñera, ministro de trabajo en el gobierno de Augusto Pinochet, creó un sistema de pensiones basado en la capitalización individual. Su idea se propagó por el mundo como una solución a los problemas que el envejecimiento global ocasionó a los sistemas de pensiones basados en la idea de Von Bismarck. 38 años después de la reforma chilena (1981), más de 98 millones de personas en América Latina son propietarias de $529 mil millones en sus cuentas individuales de ahorro ( ver cuadro ). Estas personas no dependerán de las futuras generaciones para financiar su pensión.

Los estados que han implementado sistemas de cuentas individuales y permitido su administración a entidades privadas disminuyeron su deuda, son más solventes, tienen menos burocracia, sus ciudadanos son inversionistas, han fortalecido la empresa privada, el mercado de capitales, su infraestructura y han tenido crecimiento económico sostenido.

El envejecimiento, producto del aumento de la esperanza de vida y la disminución de la tasa de natalidad, atenta contra los sistemas de reparto (como el de la Caja de Seguro Social -CSS-), porque la relación de cotizantes con respecto al número de pensionados cada vez es menor y hay menos dinero para pagar a los pensionados actuales. La situación financiera empeora porque los pensionados cada vez viven más. Hoy, en Panamá la esperanza de vida para una mujer pensionada a los 57 años es de 85, lo que implica 28 años recibiendo pensión, y la de un hombre a los 62 años es de 83 años; es decir, 21 años recibiendo la pensión. Las cuentas individuales llegaron a Panamá en 1997, cuando se creó el Sistema de Ahorro y Capitalización de Pensiones de los Servidores Públicos (Siacap), un sistema complementario a la pensión de la CSS y obligatorio para los servidores públicos. Este sistema acumula más de $760 millones en cuentas individuales de sus más de 520 mil afiliados. El Siacap es administrado por empresas privadas, mediante procesos de licitación pública y sus afiliados tienen acceso a sus servicios en el sistema privado, dentro de los cuales se incluye el estado de cuenta de sus ahorros en su cuenta individual.

Las cuentas individuales fueron creadas en 2005 en la CSS para las prestaciones del programa de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) del Subsistema Mixto de Pensiones; sin embargo, no se le permitió a todos los afiliados vincularse, solo a la nueva fuerza laboral a partir del 2006 y a los menores de 35 años que decidieran afiliarse voluntariamente en esa época.

Según información presentada por la CSS, en sus estados financieros sin auditar a diciembre de 2017, los afiliados al Subsistema Mixto tendrían 1,073 millones de dólares en sus cuentas individuales (componente de ahorro personal) y se podría decir que estos afiliados se han liberado de la carga de las generaciones pasadas, pero la realidad es que hoy en día no se conocen los estados de cuenta y no se sabe cuál es el número de afiliados inscritos en ese Subsistema. En la Nota 19 a estos estados financieros, se puede leer que la Dirección de Contabilidad de la CSS ha coordinado las acciones para ‘gestionar el desarrollo de un sistema que permita disponer de Estados de Cuenta veraces y oportunos del Componente de Ahorro Personal, para los afiliados inscritos en el Subsistema Mixto de Pensiones. Hoy, 15 años después de creadas las cuentas individuales, se abre de nuevo el debate para reformar la CSS y pareciese que la mayor preocupación es cómo pagar a los pensionados actuales del sistema de reparto, problema que no debería sorprendernos, ya que este tipo de sistema fue diseñado en una época en la que era fácil pagar a los pensionados con el dinero de las nuevas generaciones, pues había altas tasas de natalidad y bajas expectativas de vida. Las cuentas individuales y el antiguo sistema de reparto coexisten en el sistema de pensiones panameño, pero poco se sabe acerca de las ventajas, beneficios, funcionamiento y diferencias entre estos dos sistemas, es importante comprender en cuál se está vinculado y cómo funciona para planificar su jubilación.

Diferencias entre Cuentas Individuales y Sistemas de Reparto

En Panamá coexisten dos sistemas de pensiones dentro del régimen obligatorio de la CSS, uno es el antiguo sistema de reparto (Subsistema Exclusivamente de Beneficio Definido) y el otro es el nuevo sistema con cuentas individuales (Subsistema Mixto). A 15 años después de reformada la CSS, la gente se pregunta a cuál sistema pertenece, a dónde van los aportes y cuáles son las diferencias.

Para saber si usted pertenece al antiguo sistema de reparto o al Subsistema Mixto de cuentas individuales, pregúntese si estaba trabajando en Panamá y tenía más de 35 años el 1° de enero de 2006 (hoy más de 48). Usted debería pertenecer al sistema de reparto si sus respuestas son afirmativas; en caso contrario, es muy probable que esté en el Subsistema Mixto; sin embargo, como están las cosas, podría ser mejor verificar con la CSS en cuál de ellos está y aprovechar para solicitar un estado de su cuenta individual o número de cuotas cotizadas.

En aquella época muchas personas tuvieron la oportunidad de escoger el sistema, ya fuera por acción o por omisión, pero la realidad es que pocas tuvieron el conocimiento y asesoría necesarios al tomar su decisión. Para comprender cómo funciona cada sistema, es importante conocer la forma en que se distribuyen los aportes. En el antiguo sistema de reparto, todas las cotizaciones que haga usted y su empresa a la CSS (15% de su salario base mensual), van a un fondo común que sirve para pagarle a los pensionados actuales; es decir, sus cotizaciones no son para usted, sino para otros, con la esperanza que en el futuro usted también reciba una pensión si cumple con los requisitos de edad y cuotas, por supuesto si hay reservas con qué pagársela.

Por ejemplo, calculemos el aporte total a pensión en un año para una persona con salario de $2,000: Aporte anual Empresa = $2000 x 4.25% x 12+$2,000 x 10.75% = $1,235.

Aporte anual Persona = $2000 x 9.25% x 12+$2,000 x 7.25%=$2,365. Total aporte anual a pensión (IVM)= $1,235+$2,365 = $3,600.

La Empresa y trabajador aportan a pensión (IVM) cada mes 4.25% y 9.25% del salario, y el 10.75% y 7.25% del XIII mes, respectivamente.

En el antiguo sistema, el 100% de los aportes ($3,600), van a un fondo común, ese dinero no le pertenece a quien lo aporta y sirve para pagar a otros. En el nuevo Subsistema Mixto, aunque tiene cuentas individuales (Componente de ahorro personal), no es un sistema 100% puro de cuentas individuales, ya que lo cotizado por usted y su empresa no se capitaliza todo en su cuenta individual, para ejemplo los $3,600 se distribuyen así: Componente de Beneficio Definido $1,620 (fondo común); Componente de ahorro personal $1,800 (cuenta individual); Seguros Invalidez y Renta Vitalicia $180: Total $3,600.

Se puede observar en este ejemplo que únicamente el 50% ($1,800), del total aportado para la pensión va a la cuenta individual, el 45% va al fondo común ($1,620), y el 5% ($180), se gasta en seguros. Esto ocurre porque en la reforma a la CSS del 2005 se estableció que a la cuenta individual solo se destinará el 10% de lo cotizado, sobre el exceso de los primeros $500 del salario. Así las cosas, todos los afiliados a la CSS seguimos vinculados al esquema antiguo de reparto y únicamente los que están en el Subsistema Mixto poseen cuentas individuales en las que capitalizan solo una parte de lo aportado.

La tabla muestra la distribución de los aportes dentro del Subsistema Mixto y el porcentaje aportado a la cuenta individual con respecto al total aportado en un año, para diferentes niveles de salario.

Las diferencias entre los sistemas de reparto y los sistemas de capitalización individual se fundamentan en que la persona que posee una cuenta individual es dueña de su ahorro capitalizado, el cual le servirá para pagar su propia pensión, mientras que en el sistema de reparto no se es dueño de las cotizaciones, solo se lleva el registro de las mismas con el fin de liquidar el monto de la pensión al momento de cumplir con los requisitos de edad y cuotas de cotización exigidos.

Es por eso que en los sistemas con cuentas individuales, el monto de la pensión guarda relación con el esfuerzo y condición propias, los saldos de las cuentas son heredables, los rendimientos son del afiliado, el monto de la pensión no tiene límites, los afiliados reciben información periódica de su cuenta, es posible pensionarse anticipadamente y el pago de la pensión no depende de generaciones anteriores.

Por el contrario, en los sistemas de reparto, el monto de la pensión depende de requisitos y fórmulas, no existe la herencia, no hay rendimientos para el afiliado, el monto de la pensión es limitado, no hay información periódica acerca de su pensión, generalmente no hay pensión anticipada y el pago de su pensión depende del Estado y de las nuevas generaciones.

A nivel global, ambos sistemas afrontan el desafío que implica el aumento en la expectativa de vida y por lo tanto hay que pagar por más tiempo las pensiones. Esto ha planteado reformas estructurales a los sistemas que permitan poder financiar pensiones adecuadas, para lo cual se debe partir del valor real de una pensión.

Según estudios de la Federación Internacional de Fondos de Pensiones (FIAP), en los últimos 22 años se han realizado reformas paramétricas a los sistemas previsionales, para hacerlos financieramente sostenibles. Así 78 países aumentaron las tasa de cotización, 57 la edad de retiro y 61 modificaron las fórmulas de cálculo. Por otro lado, en Chile, un país con sistema de cuentas individuales, se estudian actualmente reformas al sistema para aumentar las cotizaciones al sistema y mejorar las pensiones de sus afiliados, ya que las mismas no llenan las expectativas de sus afiliados.

¿Cuánto cuesta una pensión? La pensión de vejez, es una prestación económica que se recibe generalmente mediante pagos mensuales, durante el tiempo a que una persona y el último de sus beneficiarios tenga derecho, el costo de la misma dependerá de la suma mensual y la duración de los pagos.

Por ejemplo, si una mujer se pensiona a los 57 años con un monto de $1,000 y vive 28 años más (hasta los 85 años, expectativa de vida de una mujer de 57 años en Panamá), se le pagarán mil dólares durante 336 meses; es decir, $336 mil. Para pagar esta obligación, se requiere un capital inicial de $182,838 invertido a una tasa de interés del 5%. La tabla muestra el capital necesario para financiar diferentes montos de pensión, desde la edad de jubilación hasta la expectativa de vida, la misma no considera aspectos como la probabilidad de vivir más tiempo de lo esperado ni la prolongación de la pensión a beneficiarios con derecho.

Las condiciones de cada persona y sus dependientes, definen cuanto costará su pensión, dado que unas viven más que otras, hay personas solteras y casadas, casadas con personas jóvenes y no tan jóvenes, con hijos y sin hijos, todos estos aspectos influyen en el costo real de una pensión. De cualquier forma, el costo de una pensión es el mismo independientemente del sistema que la pague, un sistema de cuentas individuales o un sistema de reparto, lo diferente es la forma en que se financia este costo. En un sistema de cuentas individuales se financia con el ahorro propio y en el sistema de reparto con el fondo común creado con aportes de los demás.

También existe diferencia en cómo se obtiene y cuantifica una pensión en un sistema de reparto en comparación con uno de cuentas individuales, porque mientras en el primero, la pensión se define con base en requisitos de edad, cuotas y monto de las cotizaciones, en el segundo depende exclusivamente de lo ahorrado durante su vida productiva en una cuenta individual. Para ilustrar esta diferencia, supongamos que dos trabajadores cotizan con un salario de $1,000, Pedro comienza a los 20 años y Juan a los 32 años, ambos cotizan durante 30 años continuos con el mismo salario. En un sistema de cuentas individuales, Pedro acumularía en su cuenta $146,430 que le permitirá pagar una pensión de $931, mientras que Juan tendrá $81,538 para comprar una pensión de $518 , lo cual tiene sentido, ya que el dinero de Pedro permaneció por más tiempo en el sistema.

Paradójicamente, en un sistema de reparto como el de la CSS ambos trabajadores recibirían $725 de pensión a los 62 años. Esto ocurre porque en este sistema, el beneficio de pensión no está vinculado con los aportes realizados, sino con el tiempo cotizado necesario para pensionarse.

En Panamá se tiene en cuenta para el cálculo de la pensión, el promedio de los 10 mejores años cotizados. Esta definición no contempla la mayor parte de las aportaciones hechas por una persona durante su vida laboral y hace que personas con niveles de salario crecientes obtengan mayores beneficios del sistema que aquellas menos calificadas con niveles de salarios más estables. Supongamos que los trabajadores del ejemplo anterior, hayan cotizado los 10 últimos años con un salario de $1,000 y los primeros 20 años con un salario de $500. En un sistema puro de cuentas individuales Pedro acumulará $87,076 y su pensión será de $553 en el caso de Juan que comenzó tarde a los 32 años acumulará solamente $48,487 y tendrá $308 de pensión.

En la CSS, sin embargo, no pasará nada y la pensión seguirá siendo de $725 tanto para Pedro como para Juan, a pesar de que ambos aportaron menos dinero al sistema.

Supongamos que Pedro muere un año después de comenzar a recibir la pensión y le sobrevive solo un hijo de 25 años, el cual no aplica como beneficiario. En este caso, en el sistema de cuentas individuales su hijo recibirá $135,262 como herencia, mientras que en el sistema de reparto no recibirá nada. Contrario a lo que se puede pensar acerca de los sistemas solidarios de reparto, en este tipo de esquemas se pueden generar desequilibrios que tienden a favorecer a las personas de más altos ingresos (Luis Fernando Alarcón, reformas a las pensiones y déficit fiscal, Libro FIAP-Resultados y desafíos de las reformas a las pensiones 2007), dado que estas personas tienden a vivir más tiempo, se vinculan más tarde a la fuerza laboral, tiene mayor continuidad laboral y salarios crecientes.

Expertos (Augusto Iglesias, PrimAmérica Consultores- Chile) cuestionan la solidaridad de los esquemas, ya que se caracterizan por transferir recursos de los trabajadores activos a pensionados, hecho que no los hace solidarios, ya que son esquemas cerrados, es decir solo se transfieren recursos entre los que participan del sistema, los que están fuera no los reciben. Una pensión es costosa dadas las altas expectativas de vida, un sistema de cuentas individuales no necesariamente paga pensiones más altas que las de un sistema de reparto, sin embargo brinda la certeza de que la pensión se recibe en función de lo aportado y lo que no se recibe al menos se queda en casa.

Fuente: http://laestrella.com.pa