• Costa Rica tiene oro por 37.000 millones de dólares.
  • Araya propone a partir de las riquezas emitir títulos valores y que el BCCR imprima dinero con ese respaldo

San José, 23 abr (elmundo.cr) –  El ingeniero Rolando Araya Monge propone un plan para la actual emergencia basado en un ambicioso programa social financiado con la titulación de grandes riquezas que están sin aprovechamiento. 

A partir de esto Araya señala «la creación de una renta básica universal, con la cual cada costarricense tenga derecho a un mínimo de ingreso, como están haciendo algunos países en el mundo. Esto equivaldría a acabar con la pobreza de un solo golpe».

«Yo estoy investigando desde hace algún tiempo, y posiblemente ya se haya filtrado algo, y por eso me adelanto de esta manera informal a comunicarlo porque creo que aquí en Costa Rica  hay recursos para resolver esta crisis y poner este país en vías a un periodo de altísimo crecimiento hacia la búsqueda de una sociedad de altos ingresos; que tendríamos posibilidad de hacerlo», señaló Araya Monge en una entrevista con EL MUNDO.

«Según los datos que he recabado, basados en estudios de geólogos y de empresas, tenemos en oro en todo el país, reservas por 37.500 millones de dólares. Cifra que supera muchísimo lo que hasta este momento se había hablado en el fallecido intento de Crucitas», apunta el excandidato presidencial.

Araya Monge señala que «según la información  que me ha pasado el ingeniero Roberto Dobles, que tiene una vida entera entregada a estudiar ese aspecto; las reservas potenciales en gas y petróleo en este país podrían alcanzar entre 400 mil y 500 mil millones de dólares. Tenemos entre otras cosas, porque no voy a dar la lista de minerales; por lo menos en cobre tengo datos que podrían sustentar el cálculo de 6 mil millones de dólares».

«Podríamos agrandar esto, y pensar en las riquezas del domo térmico. Lo cual no ha sido valorado todavía pero hay una inmensa riqueza ahí dormida que no estamos siquiera pensando en valorar», agrega.

Además el exdiputado apunta que «solamente en atún, según estadísticas que yo he recibido, salen de nuestros mares territoriales, 150 millones de dólares al año, por lo que las compañías extranjeras que lo pescan, nos pagan unos cuantos centavo».

«Tenemos sin saber todavía, cuánto valen los bancos genéticos que conservan nuestra riquísima biodiversidad; y cuánto representa ante el mundo que lucha contra el cambio climático, el que tengamos más de la mitad del territorio en área forestal y el 26 % en parques nacionales y áreas protegidas. Esta es una suma fabulosa, babilónica, que para poder ser usada ahora en este momento, no hay necesidad de ir a meter las máquinas y empezar a extraer esas riquezas», continúa.

Para esto Araya establece que «basta con establecer una ley que diga que ninguna de esas riquezas puede salir de manos del Estado costarricense. Que solo el Estado costarricense podrá hacer uso de esas riquezas y con fines sociales como los que he enumerado: Una renta básica universal, o podría establecerse también un seguro de desempleo, reforzar las pensiones, reforzar nuestro sistema de salud, para levantar un país de pequeña empresa, y para convertirnos en un ejemplo mundial del medio ambiente».

«Costa Rica, podría darse el lujo desde ahora, para el futuro decir que a partir del año 2030 no se permitirá el ingreso de un solo auto de combustión interna en este país; y que tengan que ser todos eléctricos», indica enraya como una de las ventajas ambientales del proyecto.

Araya indica que «la manera de aprovechar esto es apropiándose por parte del gobierno y del Estado costarricense de esas reservas; y  estableciendo que sólo el Estado podrá hacer uso de eso, con estos fines. En esas circunstancia, mediante la legislación apropiada, que podría pasarse rápidamente. Se pueden sacar títulos; no hay necesidad siquiera de titularizar esta inmensa fortuna».

«Con un 5% que se  titularicé de esta inmensa fortuna, luego nos ponemos de acuerdo con el resto, podrían sacarse recursos para salir de inmediato de esta crisis. Ese 5% sería una suma cercana a los 25000 millones de dólares.  No sería necesario aquí ponerse a raspar   la olla del Banco Central y de otros ahorros que tiene el país. En todo caso, esos montos  no van a alcanzar para reactivar la economía, y acometer esta crisis que amenaza con ser la situación más grave en los últimos cien años. Pero no es necesario sufrir esto. Tenemos los recursos. Basta con saber usarlos», sostiene Araya.

«Yo estoy proponiendo esto, y estoy seguro de que al hacerlo de esta manera, el país no tendría necesidad de arrancar la explotación de estos recursos de inmediato. Solo basta comprometer un pequeño porcentaje. Cómo vayamos a explotar esto en el futuro es una discusión que podríamos librar en un momento de mayor calma. Si hubiera necesidad de  honrar estos títulos valores que se emitirían, hay manera de obligar a hacerlo con el  uso de la tecnología más avanzada del mundo, para que haya cero impacto negativo ambiental. O el mínimo. Podría establecerse que el petróleo solo se use como materia prima y no como combustible, pues en todo caso, es previsible que esta y otras crisis estén dando fin a la era de los combustibles fósiles», añade Araya.

Según el excandidato presidencial «con esta medida, de la renta básica universal, acabaríamos con la pobreza de un solo golpe en el país; y produciremos una enorme reactivación de la economía nacional. El camino que yo propongo es que de inmediato se integre un grupo de expertos en los distintos campos, que ordenen esta propuesta que estoy haciendo».

Araya añade que «Llevo años de estudio al tema energético y ambiental, así como a los recursos naturales del país. La crisis nos exige actuar ya. Debería redactarse un proyecto de ley cuanto antes. Es simple. No se requieren grandes estudios. No es complejo. La idea es clara. Y aunque la Constitución establece que todas las riquezas del subsuelo pertenecen al Estado, las leyes abrieron la posibilidad de que se concesionaran a empresas extranjeras. Eso no lo aceptó el pueblo y lo dijo desde los tiempos de ALCOA».

Ante la posible oposición a esta propuesta el ingeniero comenta que «Si es solo explotable por el Estado, y es solo para estos fines, el pueblo estaría de acuerdo; porque sería de un enorme beneficio en un momento de angustia y de gente que está cayendo en la pobreza y el desempleo, que se garantice un dinero que llegue a cada familia de este país, como derecho legal que se establecería a partir  de ese momento. No veo motivo para que alguien se oponga. Solo los que quisieran estas riquezas para ellos»

Sobre como hacerlo, el político hace ver que «es redactar una ley y pasarla a la asamblea legislativa. Emitidos los títulos, el Banco Central podría comprar esos títulos y podría dar al Gobierno el monto monetario correspondiente en colones. Ese monto solo puede ser presupuestado para los fines sociales y ecológico que les he dicho. ¿Quién se puede oponer? Estamos en una emergencia. Hay que recurrir a soluciones de guerra. Y esta no requiere sacrificar nada».

En cuanto al tema de la oposición de los ambientalistas, Araya Monge apunta que «que la oposición ha sido más porque la explotación la hacen compañías extranjeras que no brindan ninguna confianza de responsabilidad ambiental, si esto se hace con la finalidad que yo propongo: que son fines sociales, y de poder salir de esta crisis».

«Si estos proyecto se hace bajo los más meticulosos y rigurosa métodos  que garanticen la integridad de nuestro medio ambiente, yo no encuentro ningún motivo para que nadie se oponga», apunta Araya,

«Esto es de tal beneficio social, es de tal beneficio para el pueblo de Costa Rica, que sería el único beneficiario de esta riqueza, yo no encuentro que haya quien levante oposición. ¿Porque quién se va a oponer a que acabemos con la pobreza de un solo golpe haciendo uso de una riqueza que nos pertenece a todos los costarricenses», añade Araya.

«Podríamos empezar a ser un modelo social, económico y ambiental, en medio de una crisis que amenaza al mundo entero. Luego podríamos decidir cosas que ahora tememos, como prohibir la importación de autos de combustión, dígase, a partir de 2030, por ejemplo. Podríamos convertirnos en una vitrina mundial para el acometimiento del cambio climático, pues planteadas las cosas así, no habría agregados de CO2 sino al contrario», finaliza Araya Monge.

Fuente: www.elmundo.cr