El Gobierno de José Luis Martínez Almeida aprobó la nueva Ordenanza de Movilidad Sostenible, uno de los pilares de la Estrategia Madrid 360. La propuesta se llevará al pleno municipal el 10 de septiembre y podría echar a andar pocos días después. La norma, uno de los proyectos clave del Consistorio, sustituye a Madrid Central, la zona de bajas emisiones aprobada por Manuela Carmena y anulada por la Justicia, y articula una serie de objetivos.

El más ambicioso fija el año 2025 como fecha límite para terminar con la circulación de vehículos sin distintivo medioambiental en todo el municipio.

Teniendo en cuenta la distribución del parque móvil a fecha de hoy, hasta 460.792 coches, el 30,7% de los turismos censados en la capital, no podrían entrar, según datos facilitados a este diario por la Dirección General de Tráfico (DGT) a raíz de una solicitud de acceso a la información pública. Desde el Ayuntamiento indican, sin embargo, que la cifra de vehículos afectados es de 114.000, que son según sus estimaciones aquellos sin distintivo que entran a diario en la ciudad. Para 2025, sin embargo, es esperable que esta cifra se haya reducido. En 2016, teniendo también en cuenta datos de la DGT, el porcentaje de vehículos sin distintivo en Madrid era casi del 46% sobre el total. En cinco años, la proporción se ha reducido hasta en 15 puntos, por lo que para 2025 el peso de los vehículos muy contaminantes podría estar por debajo de uno de cada cuatro entre los residentes.

El Consistorio insiste en que esta nueva ordenanza “no es Madrid Central”. Al distrito Centro se suma ahora la protección de Plaza Elíptica. Según el Ayuntamiento, a partir de 2024, Madrid tendría la Zona de Bajas Emisiones más grande de Europa, ya que para entonces todos los vehículos más contaminantes que no estén censados en la ciudad no podrán acceder a la misma, restricción que, un año después, se ampliará también para los residentes. Así, los 604 kilómetros cuadrados del término municipal quedarían protegidos. El Ayuntamiento sostiene que los turismos, sin incluir los taxis, representan el 79,4% de los recorridos realizados en el municipio. Los coches híbridos, eléctricos y que consumen otros combustibles alternativos alcanzan en su conjunto el 1,9%. Los vehículos con distintivo ECO o Cero suponen el 5,6% del parque del municipio, según los datos de la DGT.

Los municipios más afectados

Si nos fijamos en el porcentaje de turismos de la Comunidad de Madrid que no tienen distintivo, la cifra es algo superior a la de la capital, del 32%, y la tendencia de reducción de estos vehículos más contaminantes ha sido similar a la de la gran ciudad.

Sin embargo, algunos se verán más afectados por las nuevas restricciones. Puebla de la Sierra es el municipio con más proporción de coches sin distintivo medioambiental: más de la mitad de sus turismos no tienen pegatina. En total, a mediados de este año, había 41 vehículos censados en esta pequeña localidad de 73 vecinos. Entre los municipios de más de 10.000 habitantes, San Martín de la Vega y Torrejón de Ardoz son los que tienen más coches sin distintivo. En estos casos, la movilidad se simplifica, al estar mejor conectado en transporte público a la zona centro de la comunidad. Pero no es el caso, entre otros, de Mejorada del Campo. Más de un 31% de sus turismos no podrían acceder al municipio de Madrid con las restricciones que se empezarán a aplicar en 2024.

A medio y largo plazo, los municipios mal comunicados con el centro neurálgico se verán negativamente afectados por las limitaciones de movilidad, sobre todo aquellos en los que el transporte público complica la conexión con Madrid. El Consistorio advierte que se ha inaugurado un aparcamiento disuasorio en Fuente de la Mora “al que en breve seguirán Pitis y Aviación Española, sumando 1.200 plazas nuevas”.

En el otro extremo, los municipios de Alcobendas y Boadilla del Monte son los que mejor preparados estarían de cara a la nueva ordenanza de movilidad. Menos de un 7% de los turismos de estos municipios de más de 10.000 habitantes no tienen distintivo medioambiental, por lo que serían los menos afectados actualmente por las nuevas restricciones de movilidad. [Fe de errores: en una primera versión de este artículo se incluían por error los municipios de Moralzarzal y Brunete entre los que menos coches sin distintivo tenían. Aunque según los datos de la DGT es así, se trata de una anomalía por tratarse de vehículos censados en el municipio pero solo para ahorrar en el pago de impuestos, al ser más bajos que en las grandes ciudades]. Si nos centramos en las localidades más pequeñas, de menos de 10.000 habitantes, Patones y Colmenar del Arroyo son los que menos turismos sin distintivo tienen, menos de un 1%. Sin embargo, las cifras de estos municipios engañan. La mayoría de sus coches son eléctricos, pero solo porque están censados allí con el objetivo de ahorrar impuestos.

Un proyecto polémico

La definición e implantación de una zona de bajas emisiones en Madrid no ha estado exenta de polémica, tanto en la anterior legislatura, como en esta. Y si el alcalde, José Luis Martínez Almeida, prometió en campaña revertir el proyecto estrella de Carmena, finalmente ha acabado diseñando una propuesta que preserva muchas de las medidas previstas por su antecesora y que, en otros casos, las amplía. La nueva ordenanza, por ejemplo, incluye dos áreas específicas, el Centro y la Plaza Elíptica, dos espacios que requieren “medidas adicionales porque los problemas medioambientales en estos lugares son más acusados”. Pero más allá de estas, la iniciativa prevé la implantación de restricciones graduales para los 21 distritos de la ciudad. El objetivo más ambicioso de la ordenanza establece que a partir del 1 de enero de 2025 ningún vehículo A podrá circular por Madrid, esté matriculado o no en la capital. Así, la ciudad, destaca el Consistorio, contará con la zona de bajas emisiones más grande de Europa al extender las limitaciones al conjunto del término municipal. No obstante, antes de alcanzar esa meta final y las que gradualmente se irán superando en función de la aplicación progresiva de las restricciones, queda un último trámite, la aprobación de la nueva norma por el pleno del Ayuntamiento el próximo 10 de septiembre.

Como recuerdan desde el Consistorio, el Gobierno municipal ha trabajado contrarreloj una vez que el Supremo terminó por anular Madrid Central. Desde el pasado mayo, la ciudad permanece en un limbo jurídico, las cámaras que filman a los vehículos que acceden a la zona de bajas emisiones delimitada por la anterior corporación siguen en funcionamiento, pero no se está tramitando ninguna multa. Es la solución a la que llegó el Gobierno de Martínez Almeida a la espera de que la Justicia notifique el fallo para su ejecución. Y antes de que llegue ese momento, la capital debe contar con la nueva ordenanza, si no se volverá a la situación previa, es decir, no habrá restricción alguna. Para esa aprobación en pleno, Martínez Almeida necesita el apoyo de la oposición. PP y Cs, los dos socios que sustentan el Gobierno municipal, no van a contar en esta ocasión, previsiblemente, con el respaldo de Vox, partidario de acabar con las limitaciones, por lo que los cuatro votos necesarios para alcanzar la mayoría que permita sacar adelante la nueva ordenanza deben proceder de otro lugar. Aunque resulte paradójico, los cuatro ediles que abandonaron Más Madrid y próximos a Carmena ya se han ofrecido a votar a favor. “Estamos dispuestos a negociar con todos los grupos municipales y queremos sentarnos con todos”, defendió ayer el alcalde.

Fuente: www.lainformacion.com