«Portugal está en el punto de mira»
Rio ha prometido no crear «dificultades al país solo para crear dificultades al Gobierno» y en una entrevista anoche en la cadena SIC enfatizó su respaldo al gabinete de Costa. «Yo no estoy cooperando con el Partido Socialista, estoy cooperando con el Gobierno de Portugal, en nombre de Portugal. Es Portugal el que está en el punto de mira», apuntó.
Fue una conversación trufada de manos tendidas. «Sensato», dijo sobre la decisión del Gobierno de que los menores de 16 años no vuelvan a tener clases presenciales este curso; se mostró disponible para hacer viables unos Presupuestos complementarios y prometió no «abandonar el interés nacional ni la colaboración».
Apenas dejó un matiz: el PSD no votará «a favor de todo». «Yo antes no decía ‘voto contra el Presupuesto’ antes de conocerlo. Tengo que conocerlo. Ahora tampoco digo lo contrario, ‘voto a favor antes de conocerlo’. Tendré que conocerlo», avisó.
La única cesión sin condiciones que ha hecho es renunciar a su defensa de la bajada de impuestos, uno de los caballos de batalla de la derecha portuguesa. Ahora admite que será «casi imposible de cumplir» porque «la mayor parte de las personas no están trabajando» y tras el coronavirus «lo que el país tenía, no existe».
Rio, el moderado
La posición de Rio, aunque pueda ser llamativa fuera de Portugal, no es excéntrica en su trayectoria al frente del PSD, con cuyas riendas se hizo en febrero de 2018. Venía de Oporto para suceder al exprimer ministro Pedro Passos Coelho, agotado tras dirigir al país durante los años del rescate y austeridad impuesta por la troika (2011-2015) y de ver desde la oposición como el socialista António Costa lideraba la remontada portuguesa.
Rio miraba más allá de la capital y defendía una descentralización. También huía de las estridencias que se veían en la oposición de otros países europeos. Las despreciaba como medio para subir en los sondeos.
Pero su estrategia de oposición útil -disponible para pactar con Costa- no se entendió entre determinados sectores conservadores, que veían impotentes como el PSD perdía terreno donde ha sido tradicionalmente fuerte, la economía, ante la sucesión de éxitos macroeconómicos del Gobierno de Costa.
Costa fue reelegido en las elecciones legislativas del pasado octubre, en las que quedó a ocho escaños de la mayoría absoluta y Rio, golpeado, perdió doce diputados y obtuvo los peores resultados del PSD desde 1983.
En los mismos comicios entró la ultraderecha por primera vez en el Parlamento, con un diputado para Chega, y los democristianos del CDS-PP tuvieron un bajón histórico que provocó un cambio de liderazgo, ahora con un discurso más áspero y bronco. Rio, sin embargo, sigue sin estridencias y con la mano tendida.
Fuente: www.publico.es